¿Por qué un Banco de Tiempo?

Este artículo se titula ¿Por qué un Banco de Tiempo?, pero también podría haberse titulado ¿Cómo hacer un BdT?, ¿Con quién hacerlo?, ¿Para quién? o incluso ¿Para qué?. Todas estas preguntas nos interpelan directamente y nos ayudan a poner el foco en lo fundamental: la necesidad —o las necesidades— que dan sentido a la creación y sostenimiento de un Banco de Tiempo.

Participar en un Banco de Tiempo es vivir de primera mano sus impactos, tanto a escala individual como colectiva. Estos impactos no son solo intuiciones; la investigación académica ha demostrado efectos positivos en ámbitos tan diversos como la salud física y mental, en la cohesión social y en el bienestar subjetivo. Ahora bien, volvamos a la pregunta inicial: ¿qué necesidad hay, realmente, de organizar e impulsar un BdT?

Una manera de acercarnos a ello es desde lo concreto y personal: ¿Por qué siento yo la necesidad de impulsar un BdT? ¿Y las demás personas? ¿Y qué necesita la comunidad?

Estas preguntas son clave, pero no tienen respuestas sencillas. Las necesidades no aparecen en el vacío, sino en contextos concretos, en relación con otras personas, estructuras y vínculos. Así, una necesidad no es solo “tener o no tener” algo, sino una expresión de lo que buscamos satisfacer profundamente.

Por ejemplo: quizás yo siento la necesidad de impulsar un Banco de Tiempo porque quiero contribuir al bienestar de mi entorno y sentir que formo parte de un proyecto con sentido. Quizás la comunidad necesita un espacio que genere confianza e intercambio real. Quizás otra persona quiere participar porque se siente sola y busca una forma de integrarse socialmente.

Hacernos estas preguntas nos ayuda a comprender mejor las motivaciones propias y ajenas. Nos permite mirar con mayor profundidad aquello que estamos construyendo y, al mismo tiempo, abre la puerta a una revisión constante sobre qué hacemos, cómo lo hacemos, desde dónde lo hacemos o con quién lo hacemos. Es decir, qué modelo de gobernanza tendremos, si tendremos relación con la administración pública y cómo será, quién puede formar parte, etc.

Este proceso de preguntas y respuestas puede ayudarnos a enfocar realmente dónde queremos poner la energía, a priorizar mejor y a actuar con mayor honestidad —con nosotros mismos y con los demás.

Desde la ADBdT, creemos que crear un Banco de Tiempo es, en sí mismo, un acto positivo y transformador. Pero esperamos que estas reflexiones os ayuden a encontrar vuestra propia respuesta y vuestras propias preguntas.